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Barcelona busca su octava final de Champions; el Bayern, una noche mágica

El premio de la final de Berlín está muy cerca para un Barça que este martes defenderá en el Allianz Arena contra el Bayern de Múnich (14:45 hora boliviana) una renta de 3-0 de la ida, que le permite albergar todas las posibilidades de que jugará la octava final de la Copa de Europa, si no media un desastre.

El ánimo en el club y en la masa culé está desbordado, después de que en la ida el Barcelona fulminase al Bayern en el cuarto de hora último, con dos goles de Messi y uno de Neymar, que han creado el desánimo entre la afición del Bayern y en el propio club.

A pesar de la diferencia en el tanteador con la que afrontan ambos el partido de este martes, el Barcelona no se fía de un Bayern que, arropado por los suyos, pueda poner en aprietos a los azulgranas, incluso con un gol tempranero que incomode a los de Luis Enrique Martínez.

No obstante, y dadas las trayectorias de ambos, con el Bayern habiendo perdido los últimos tres partidos y sin marcar un gol, frente al poderío azulgrana, con 25 tantos en los últimos siete encuentros, todo hace prever que el Barcelona será capaz de marcar, sobre todo por la racha de su trío atacante, ya centenario desde hace semanas, en una de las representaciones atacantes más fecundas de la historia azulgrana.

Hacía años que el Barcelona no se encontraba en una situación tan favorable ante un partido tan decisivo como la vuelta de una semifinal de la Copa de Europa, algo que hace albergar muchas posibilidades en el cuadro catalán de que en las siguientes cuatro semanas la entidad está en condiciones de firmar un apoteósico final de temporada.

Y es que los azulgranas están a una victoria del título de Liga, el 30 de este mes jugará en casa la final de la Copa del Rey y el día 6 de junio, si finamente confirma su pase a la final de la Champions, puede tener la oportunidad de jugar una nueva final de la máxima competición continental.

Para el Bayern, el escenario es totalmente diferente. Los bávaros enfrentan la vuelta de la semifinal contra Barcelona conscientes de que para el paso a la final necesitaría de una noche mágica y un milagro, con el propósito principal de dejar al menos una buena imagen en la despedida de la competición.

Si el partido se presenta de una manera que les permita a los bávaros optar a más, sin duda no van a dejar de intentar dar la vuelta a todos los pronósticos y revertir el 3-0 de la ida, pero es evidente que un análisis sobrio de la situación no invita al optimismo alemán.

Cuatro derrotas seguidas es algo que el Bayern no encajaba desde hace más de veinte años y, aunque dos de los partidos perdidos hayan sido en medio de una Bundesliga sentenciada, los otros sí han tenido repercusiones importantes.

Uno de ellos, la caída frente al Borussia Dortmund en la semifinal de la Copa de Alemania, significó un título posible menos. Y el otro, contra el Barcelona en el Camp Nou, fue más de la mitad de la eliminación de la Liga de Campeones.

Todo ello ha llevado incluso a que se hagan preguntas en torno a Guardiola, a que se critique parte de su estilo -desde su hiperactividad en la línea hasta cambios inexplicables en medio de algunos compromisos- y a que haya quien se pregunte si el experimento con el catalán no fue más que un mal entendido.


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