Holanda, Italia, Costa Rica, Uruguay, Chile y México fueron selecciones que rescataron el uso de tres centrales en su sistema táctico, organizado en 3-5-2 o 5-3-2, mientras que el ‘tiki-taka’ español se sumió en decadencia.
"La mayor novedad (táctica) de la Copa es que grandes selecciones regresaron a los tres centrales", consideró Gérard Houllier, exentrenador del Liverpool y miembro del grupo de estudios técnicos de la FIFA.
También fue novedad, quizá con excepción de la campeona Alemania, la posesión del balón. Los contraataques han sido arma predilecta para llegar al gol antes que las ofensivas más elaboradas.
El mejor ejemplo de la decadencia de la posesión lo representa España, campeona del Mundo en el 2010. Un 1-5 ante Holanda y el 2-0 frente a Chile la expulsaron del Mundial prematuramente. Según Houllier, una de las claves pudo ser la defensa de tres centrales.
"Es interesante, porque cuando España ha sufrido en grandes torneos últimamente -aparte del de Brasil en la Copa Confederaciones el pasado año, cuando estaba cansados-, sucedió ante equipos con tres atrás", razonó el técnico francés.
Holanda, que jugó todo el torneo con tres zagueros puros (Bruno Martins Indi, Ron Vlaar y Stefan De Vrij), y Chile, con Gary Medel, Francisco Silva y Jara, lograron neutralizar el toque y el juego mascado español.
Aunque hay diferencia entre las selecciones que han colocado a tres centrales -Chile con su 3-4-1-2 es más ofensiva-, Holanda y Costa Rica han abanderado la recuperación de ese estilo, que algunos asemejan al famoso ‘catenaccio’ italiano.
La Holanda de Louis Van Gaal desechó su tradicional 4-3-3 por un sistema que blindase a sus jóvenes zagueros (Martins Indi y De Vrij tienen 22 años) y que explotase las galopadas de Arjen Robben. Van Gaal encajó muchísimas críticas en su país, pero el invento funcionó hasta la tanda de penaltis en las semifinales ante Argentina.
Además, la selección Tulipán cierra el torneo de Brasil como una de las menos goleadas, con cuatro encajados en siete partidos.
El pragmático caso de Holanda difiere del de Costa Rica, que puso su arsenal defensivo como necesidad. Óscar Duarte, Michael Umaña y Giancarlo González formaron un tridente de acero en la retaguardia.
Con la ayuda también de los laterales y los dos medios centro (Celso Borges y Yeltsin Tejeda), la tela de araña para el contrario era descomunal. Gracias también a su soberbio guardameta Keylor Navas, sufrieron solo dos tantos en cinco encuentros y, como Holanda, no perdieron ninguno.